No hay duda, la violencia está a nuestro alrededor. Ya sea que esté sucediendo en nuestra cuadra, en nuestros vecindarios y comunidades, entre nuestros estados o entre nuestros países, es algo que nosotros, como padres y cuidadores, tenemos que filtrar y averiguar cómo abordar con nuestros hijos.
Sin embargo, cada vez más, estamos viendo los efectos de la violencia comunitaria, no solo en la sociedad en general, sino también en cómo afecta la seguridad de nuestras familias. Lo que alguna vez fue un problema en otra ciudad o en otra parte de la ciudad está sucediendo en nuestras calles, en nuestras tiendas de comestibles y centros comerciales, en nuestras escuelas y hacia los que amamos. Y afecta de manera desproporcionada a las comunidades minoritarias ya nuestra juventud (de 10 a 34 años).
Programas de CDC define la violencia comunitaria como algo que sucede “entre individuos no emparentados, que pueden o no conocerse, generalmente fuera del hogar. Los ejemplos incluyen agresiones o peleas entre grupos y tiroteos en lugares públicos, como escuelas y en la calle”.
La violencia comunitaria no solo afecta a la comunidad cuando ocurre en tiempo real, sino que también deja su marca en forma de trauma a largo plazo en las personas y las comunidades. Afecta la salud mental y física de nuestros niños, así como la prosperidad de nuestras comunidades.
Hay numerosos recursos disponibles a los padres y profesionales para abordar la violencia comunitaria después de que ocurra, pero ¿qué pueden hacer los padres y cuidadores antes de que ocurra?
La Red Nacional de Estrés Traumático Infantil ofrece los siguientes consejos:
Dedique tiempo a hablar con sus hijos.
Tenga conversaciones regulares con sus hijos sobre lo que están escuchando, cómo estos eventos los están afectando y sus reacciones. Saber que está dispuesto a tener estas conversaciones les permite a sus hijos saber que pueden confiar en usted y que no están solos. Valide que sus sentimientos sean normales y fomente la discusión y las preguntas. No siempre son conversaciones fáciles, pero vale la pena tenerlas. Use un lenguaje apropiado para la edad para hablar sobre lo que sus hijos han visto u oído, así como sobre lo que han escuchado decir a otros. Supervise su exposición a los medios y discuta lo que han visto, oído o leído. Los niños en edad preescolar no deben estar expuestos a la cobertura, si es posible.
Identifique a otras personas que sus hijos puedan encontrar de apoyo.
Los niños pueden querer hablar de sus preocupaciones con usted, así como con otras personas que comparten sus identidades o con quienes han estado hablando sobre eventos actuales. Ayúdelos a encontrar formas de conectarse con estas personas para que puedan tener apoyo adicional durante este tiempo. Esto puede incluir maestros, entrenadores, miembros de la familia o vecinos.
Ayude a los niños a sentirse seguros.
Hable con sus hijos sobre sus inquietudes sobre la seguridad y las formas de resolver problemas para abordar sus inquietudes. Esto puede incluir obtener el apoyo de otras personas de confianza, alertar a los funcionarios escolares sobre lo que está sucediendo o buscar orientación de líderes culturales o religiosos.
Mejore el afrontamiento de su hijo.
Refuerce que sus hijos deben ser amables consigo mismos y que hay razones por las que no se sienten igual que antes. Encuentre actividades familiares, incluidas prácticas culturales y religiosas, que se puedan realizar juntos. Ayude a crear una rutina para todos en la familia, que incluya tiempo para el cuidado personal y la tranquilidad.
Busca el cambio.
Discuta ideas sobre las formas en que sus hijos quieren involucrarse en la creación de cambios contra las injusticias. Esto podría incluir participar en un evento de grupo comunitario, crear un grupo en la escuela o mostrar apoyo a los compañeros que pueden sentir una mayor sensación de vulnerabilidad. Estos pueden ser pequeños pasos, así como los más grandes. Sea un modelo a seguir positivo para el cambio tanto en acciones como en palabras.
Check-in de manera regular.
Desafortunadamente, es probable que muchos factores estresantes continúen en el futuro inmediato. Comuníquese con sus hijos periódicamente. Esto refuerza que usted está ahí para apoyarlos siempre, especialmente durante estos tiempos difíciles.
Pedir ayuda.
Comuníquese cuando necesite ayuda o apoyo, ya que no existe un manual para la crianza de los hijos en ningún momento, pero especialmente durante estos tiempos increíblemente estresantes. Su pediatra, líder religioso y agencias locales de salud mental pueden ser recursos de apoyo y orientación.
Las líneas de ayuda enfocadas en adolescentes y adultos jóvenes incluyen:
- The JED Foundation (para la salud emocional y la prevención del suicidio), llame al 1-800-273-TALK (8255) o envíe un mensaje de texto con la palabra "START" al 741-741
- Trevor Project (para jóvenes LGBTQ+), llame al 1-866-488-7386 o envíe un mensaje de texto con la palabra "START" al 678-678
- Love is Respect (para abuso en el noviazgo y relaciones saludables), llame al 1-866-331-9474 o envíe un mensaje de texto con la palabra "LOVEIS" al 22522
Encuentre más recursos sobre seguridad infantil en visitando nuestro centro.
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