Como padre, no hay nada más doloroso que cuando su hijo está sufriendo. Cuando nuestros hijos son pequeños, nos buscan para "besar el boo-boo" y "hacer que todo sea mejor".. Pero, ¿qué sucede cuando nos no se puede? ¿Cuando el dolor es demasiado grande, la situación demasiado seria o las circunstancias demasiado fuera de nuestro control?
Muchos de nosotros tenemos nuestras propias historias de dolor en la infancia. Es posible que hayamos sido criados en hogares donde, cuando nos lastimaban, nos decían que no habláramos de ello o que “nos aguantáramos”. Tal vez incluso hayamos creído mentiras, como que no deberíamos estar molestos por eso, o que fue culpa nuestra. Los adultos que nunca abordaron las heridas de la infancia a menudo luchan con el manejo de sentimientos difíciles, la construcción de relaciones saludables, el cumplimiento de compromisos, diversos problemas de adicción y/o el mantenimiento de su salud física.
Podemos hacerlo mejor por nuestros hijos. Podemos hacerlo mejor si buscamos apoyo para nuestros hijos cuando lo necesitan.
El tratamiento de la salud mental puede parecer un concepto extraño u occidental para algunos. Podemos sentirnos incómodos con la idea. Podemos preocuparnos de que buscar ayuda signifique que somos malos padres o que hemos hecho algo mal.
Sin embargo, cuando su hijo tiene dificultades físicas, lo lleva al médico, ¿verdad? Cuando un niño tiene dificultades emocionales, debemos tener esa misma respuesta. La salud mental es igualmente importante.
Es posible que desee considerar un tratamiento de salud mental para su hijo si...
- Notas un gran cambio en su estado de ánimo o comportamiento;
- Están teniendo dificultades de conducta, sociales o académicas en la escuela, especialmente si eso es nuevo para ellos;
- Están durmiendo o comiendo demasiado o no lo suficiente;
- Se están portando mal, huyendo de casa o siendo agresivos;
- Están deprimidos, se aíslan, se autolesionan o se cierran;
- Ha hecho cualquier expresión verbal o de otro tipo de pensar en hacerse daño a sí mismo oa otros.
Un pediatra podría ser un buen lugar para comenzar, especialmente si necesita una remisión. Aquí hay algunas definiciones de los diferentes tipos de ayudantes disponibles:
- Un terapeuta, a veces llamado consejero o clínico, tiene una maestría en psicología, consejería o trabajo social, e involucra a un niño a través de conversaciones, juegos, arte y otras intervenciones. No pueden recetar medicamentos.
- Un psicólogo, o PhD, tiene un doctorado en psicología y trabaja de manera similar a un terapeuta, también puede realizar pruebas psicológicas y de desarrollo. No pueden recetar medicamentos.
- Un psiquiatra ha ido a la escuela de medicina y es un MD. Principal responsable de la prescripción y gestión de medicamentos.
Las tasas de enfermedad mental y suicidio entre niños y adolescentes están aumentando en todo el país. Trabajemos juntos para proteger a nuestros niños del sufrimiento a largo plazo brindándoles el apoyo que necesitan, cuando lo necesitan.
Para obtener ayuda para encontrar un proveedor, consulte: Encuentre un terapeuta infantil, un psicólogo infantil, un consejero infantil – Psychology Today
Para asistencia de emergencia, llame a: 988 Crisis Line
Encuentre más consejos de seguridad y recursos como este artículo sobre salud mental visitando nuestro Centro de aprendizaje.
Los comentarios están cerrados.